Translate

sábado, 24 de marzo de 2012

Paridas

Taty Almeida manifestándose por la restitución de los nietos apropiados. Atrás María Juana Rivas, también madre de Plaza de Mayo.

“Cuando desapareció me parió” repite orgullosa e incansablemente Taty Almeida, miembro de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora. Taty conserva el apellido de su hijo Alejandro, militante del ERP que fue secuestrado y asesinado el 17 de junio 1975 por los grupos de tareas clandestinos. Tenía 20 años. En el contexto de esta tragedia nace la Madre de Plaza de Mayo mutando de una familia militar y gorila al símbolo de reserva moral que luego, dictadura de por medio, se haría carne en otras compañeras que peleaban por lo mismo y en otros miles de argentinos que buscan reparar las heridas de los años más oscuros.

Taty desconocía la militancia de su hijo, desconocía su faceta literaria y por supuesto desconocía lo que ya se estaba tramando en el país. Fue simplemente un poema premonitorio en una agenda personal lo que la hizo renacer:

“Si la muerte me sorprende
lejos de tu vientre,
porque para vos los tres
seguimos en él,
si me sorprende lejos de tus
caricias que tanto me hacen falta,
si la muerte me abrazara fuerte
como recompensa
por haber querido la libertad,
y tus abrazos entonces solo
envuelvan recuerdos,
llantos y consejos que no quise
seguir,
quisiera decirte mamá que parte
de lo que fui,
lo vas a encontrar en mis
compañeros...” (Alejandro Almeida)